Suelo pensar mucho en las respuestas que nadie jamás podrá responderme, en cosas que no tienen ningún sentido y por argumentos visiblemente improductivos. Es extraño porque a veces no sé si quiero una respuesta a todas y cada una de mis preguntas, y más allá de eso me llena de miedo que la respuesta no sea la que yo deseo escuchar.
Todos hemos oído hablar de eso que muchos llaman destino, algunos karma y otros justicia divina o alguna idiotez de esas... Las personas le suelen atribuir poderes especiales y dejan sus vidas completamente a la deriva esperando que este haga su trabajo y les conceda lo que necesitan o más concretamente lo que desean. Demasiados individuos suelen esperar que la vida siga su curso y les permita encontrar lo que les falta sin siquiera molestarse en buscarlo. Llegando a este punto suelo cuestionarme mucho la existencia de tal fuerza, ente, cosa o cómo deseen llamarlo.
Volviendo a lo de las dudas existenciales y sus respuestas, suelo preguntarme si de verdad nuestra vida ha sido planeada, si de verdad el que nos sucedan ciertas cosas ya estaba predestinado a pasar o si simplemente nos creemos tanto la idea del destino que nos sugestionamos y utilizamos la ley del universo para hacer que ciertas cosas nos sucedan involuntariamente. Para serles honesto, cada vez que pienso en esto recuerdo una frase de una de mis películas favoritas, pienso en ese diálogo y lo rebobino en mi cabeza una y otra vez, comenzando a repetirlo en voz alta por pura inercia...
"Me llegó un temor, de que alguien había planeado mi vida por mi. Me largué." -
Esa frase, ese pequeño fragmento de ese diálogo tan elaborado me invade muchas madrugadas y comienzo a cuestionarme si de verdad estoy haciendo las cosas cómo deseo o si me estoy dejando a la deriva del hipotético destino, comienzo a pensar en si de verdad soy yo quién tiene control de mi vida o de si alguien más escribió esta paranoica historia carente de sentido alguno. Por esa misma razón intento tomar decisiones que nadie se espera, por eso soy tan inconstante en las cosas, por eso probablemente un día seas mi mejor amigo y al siguiente ni siquiera sepas si estoy vivo todavía. Por esa simple razón o temor es que intento llegar a la meta por el camino que nadie jamás se esperó, por esa razón busco miles de soluciones y alternativas a muchas cuestiones simples que se me presentan en el día a día, soluciones y alternativas las cuales no me dejan dormir en paz hasta dar con ellas y luego plantearme la mejor de todas y la que me produzca una salida factible y visiblemente sencilla. Actualmente ya no me es muy difícil hacer lo anterior puesto que llevo años practicándolo y doy con soluciones inmediatamente todo dependiendo de la situación o problema pero ese no es el punto.
Yo sólo diré que ante tal duda prefiero salir a buscar mis propios caminos y mis propios transportes hacia mi meta en concreto; no me gusta para nada la idea de sentarme a esperar a que alguien lo haga por mi, a esperar que algún tipo de deidad divina me levante y me coloque frente a la meta o que simplemente el destino me la traiga hasta a mi. Prefiero salir inmediatamente de una zona antes de aburrirme y estancarme en ella viviendo una vida vacía y llena de incomodidad e insatisfacción, prefiero seguir en el camino sin importar si tiene muchos baches a quedarme sentado en medio del el último tramo bonito de este, me gusta moverme, me gusta fluir y llegar hasta la meta que deseo desprendiéndome de todo lo que me genere un peso muerto y que probablemente no necesite en el futuro.
En conclusión:
Si sientes que te falta algo, que algo no encaja entonces sal y busca la solución, deja de ser imbécil y párate que absolutamente nadie la va a buscar por ti o sencillamente dispárate una bala en la sien y deja de ser un peso muerto para la sociedad y quiénes de verdad buscan sus propias respuestas.
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