Abrí los ojos y me encontré sentado a las afueras de una casa victoriana, estaba recostado de un gran y viejo roble que se encontraba justo detrás de ella. Me encontraba del lado del roble que da hacia el bello paisaje, un campo que parecía interminable, lleno de un pasto semi largo completamente verde, montañas que se podían divisar en el horizonte, justo donde el cielo se unía con la tierra cómo si nada jamás los separara. El viento soplaba, acariciando mis mejillas y alborotando mi cabello, podía ver cómo ese mismo viento movía el pasto y las hojas de los árboles cómo si de una danza contemporánea se tratase, había tanta sincronía que me hipnotizaba...
Hice el gesto de sentarme y cuando lo hice un libro que se encontraba en mi pecho cayó en mis piernas, era una edición de "Alicia a través del espejo", lo miré con cierto detenimiento y esbocé una leve sonrisa. Dí una mirada lenta a mi al rededor cómo intentando recordar en donde me encontraba y noté que a mi lado derecho estaba una computadora portátil abierta reproduciendo una lista hecha por mi, la lista en cuestión tenía por nombre "Hysteric" y estaba constituida irónicamente por esas canciones que me llenan de tranquilidad y me relajan hasta el punto de dormitarme, algunas de los YYY y algunas melodías que son parte de los OST de algunos que otros videojuegos o series. Junto al portátil se encontraba una copa con vino tinto a medio beber, volteé a ver que había a mi otro costado y me encontré con una botella vacía de vino y otra de Whiskey, junto a estas se encontraba un paquete de cigarrillos y un encendedor. Tomé uno de los cigarrillos, lo llevé a mis labios, lo coloqué entre ellos de una forma tan ágil que parecía que fueran movimientos de una rutina ensayada, con la otra mano tomé el encendedor y le di llama a la punta del cigarrillo y le dí una calada larga hasta que sentí que mis pulmones se llenaron con ese dulce y mortal humo para luego exhalarlo en un estado de tranquilidad intenso, no creo que exista algo mejor que eso.
Luego de las primeras tres caladas al cigarrillo se me vinieron a la mente todos los recuerdos y todos los sacrificios que había hecho durante toda mi vida para encontrarme en ese lugar, allí, en mi hogar. Después de tantos golpes y caidas había logrado mi sueño, me encontraba en el patio de mi vieja casa victoriana a las afueras de Viena - Austria. Oh, que bien se sentía ese sentimiento de logro, de éxito, me sentía totalmente satisfecho, nunca me había sentido así en mi vida, era la gloria.
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